De conservadores y liberales

Para nadie debería ser desconocido el hecho de que en la derecha política chilena existen bandos tan incompatibles como el agua y el aceite. Los espectáculos protagonizados por Longueira y Piñera al mando de sus respectivos partidos ya son cosa de cada día, y las amenazas de querellas y acusaciones de querer subirse al carro de la victoria de la campaña presidencial de Joaquín Lavín (victoria que aún está por verse) son tan comunes como las denuncias de irregularidades financieras que involucran a funcionarios de la Concertación. En ambiente pre-electoral cada coalición se esfuerza por marcar tanto como les sea posible sus diferencias con su respectivo opuesto; pero lo que me sorprende ver en este ambiente que ya se comienza a llenar de promesas vacías y populismo al por mayor, es el intento dentro de la Alianza por Chile por definir sus diferencias políticas en términos tan extremos como lo hace Oscar Godoy en una entrevista publicada por La Tercera en su cuerpo de Reportajes del domingo 29 de febrero:

Los conservadores son enemigos implacables. Siempre lo han sido. La defensa de un statu quo de tipo moral y político es fundamental para ellos. En consecuencia, para esa derecha, estas personas que promueven cambios [refiriéndose a Andrés Allamand y Sebastián Piñera], son tan peligrosas como sus enemigos formales de la Concertación.