Entre las toneladas de fotocopias que he tenido que leer en estas semanas, me he encontrado con este fragmento que es bastante esclarecedor en cuanto a las diferencias entre el construccionismo social y el constructivismo:
Aunque muchas personas, entre las que me cuento, confundieron esta teoría [de la construcción social] con el constructivismo, las dos posiciones son muy diferentes. Existe un terreno común porque ambas se oponen a la idea «modernista» de que existe un mundo real que se puede conocer con certeza objetiva. Sin embargo, las creencias representadas por el constructivismo promueven una imagen del sistema nervioso como una máquina cerrada. Según esta idea, las percepciones y los constructos toman forma a medida que el organismo se golpea contra su entorno. Los teóricos de la construcción social, por el contrario, creen que las ideas, los conceptos y los recuerdos surgen del intercambio social y son mediatizados por el lenguaje. Todo conocimiento, sostienen los construccionistas, evoluciona en el espacio entre las personas, en el ámbito del «mundo común y corriente». Y es sñolo a través de la permanente conversación con sus íntimos que el individuo desarrolla un sentimiento de identidad o una voz interior.
Lynn Hoffman: Una postura reflexiva para la terapia familiar en McNamme, Sheila & Gergen, Kenneth (1996). Terapia como construcción social. Barcelona: Paidós.