Concuerdo con Robert Cringely cuando afirma que si este va a ser el año de la consagración de la cloud computing, probablemente también será el año en que nos va a decepcionar. No se trata de hacer profecías apocalípticas ni ser especialmente pesimista, sino quizás más bien a una consecuencia natural del hype en torno a la cloud computing, ya que siempre es difícil vivir a la altura de expectativas irreales —ya sea por su desconocimiento o por lo infladas que han sido como discurso de venta… y al hablar de cloud computing, creo no equivocarme al plantear que de forma importante estas expectativas tienen especial relación con la conservación de nuestra memoria.
Esto resulta especialmente gráfico al ver la forma en que Google piensa el futuro de su sistema operativo y nuestra relación con lo digital:
¿Por qué me parece una expectativa desmedida? Porque hasta ahora, ningún medio para almacenar o distribuir información nos ha sido 100% fiel; siempre hemos estado a merced del paso del tiempo y otros tipos de deterioro físico: vinilos, cassettes, papel, discos ópticos, discos duros, diskettes, etc… ninguno resulta 100% confiable, y sin embargo ahora esperamos que nuestros datos en la nube estén seguros y a salvo de pérdidas.
Ciertamente existe un factor tecnológico que nos permite esperar más —después de todo, el punto fuerte de la nube es que en tanto sus capacidades están distribuidas en múltiples máquinas no existe un único punto de fallo— pero sin siquiera considerar factores externos (por ejemplo, que muchas webapps son producidas por startups que nunca logran mantenerse económicamente, con lo que están destinadas a morir tarde o temprano) el expediente de las aplicaciones que viven en la nube no resulta especialmente esperanzador: basta recordar la pérdida de datos que afectó a Evernote en Julio pasado, o antes de eso lo ocurrido con los teléfonos Sidekick… para qué hablar de las millones de cuentas hackeadas de Facebook (aunque eso es más bien harina de otro costal).
Pero el punto de fondo no es si se perderán datos o no —puesto que esta alternativa siempre está presente— sino de quién es la responsabilidad cuando suceda, y es por eso que tener la posibilidad de exportar o descargar tus datos de un servicio es fundamental, tanto como la importancia de poder llevarte tus datos a donde te de la gana y de recordar que tu información es tuya y debes poder decidir qué haces o no con ella… y si te preocuparás de respaldar porque te preocupa que meteorito caiga sobre la nube de Amazon y se borren tus archivos de Basecamp o lo que sea.