Un reciente post en agkamai.com, me recordó ese fenómeno que en su momento Eduardo Arcos bautizó como posts vivos:
Hay veces, solo a veces, en ocaciones muy específicas un post se vuelve casi como un ente vivo, en el que el escritor del weblog propone un tema y los visitantes vuelven el post en una discusión que a veces no tiene final.
Repasando un poco los comentarios que se multiplican en esos posts, es posible apreciar como una característica muy común entre ellos el que, tarde o temprano, la discusión se desvincule totalmente del sentido del post, por ejemplo:
- En el caso de en el post de agkamai, sobre los autos de Pimp my ride, mucha gente pensó que el autor tenía algo que ver con la producción del programa y comenzó a pedirle que la incluyeran en el programa.
- Sebastián Delmont, al conmemorar el haber sobrepasado los dos mil comentarios en su weblog, expone que en un post sobre invenciones, un montón de escolares comenzó a pedirle ayuda para sus tareas; mientras que en el que anuncia que ha dejado de fumar
se ha convertido en una reunión de Fumadores Anónimos
- En mi caso personal, un post sobre el disco Sleeping with Ghosts de Placebo finalmente se convirtió en un foro de discusión sobre el tour de la banda por latinoamérica
Estos ejemplos y otros llevan a plantearnos interrogantes sobre qué hacer frente a estos casos: ¿cerrar o no cerrar los comentarios?: en algunos de esos ejemplos, se consideraba a un post “vivo” al llegar cerca de los 30 comentarios (48 en el caso de ALT1040), mientras que hoy en día la creciente popularidad de los weblogs permite la existencia de posts con más de mil comentarios, lo que supone no solamente una enorme carga al servidor, sino también un volumen de transferencia de datos nada considerable.
Yo finalmente decidí cerrar los comentarios de mi post vivo. ¿Y tú, que harías?