El estadio del espejo constituye un momento originario de identificación porque se trata de la experiencia fundadora en la cual la imagen “yo ideal [je-idéal] típico” del niño pasa por primera vez del exterior a su interior. La introyección primordial de esta imagen raíz es una condición necesaria para que el niño se reconozca como un individuo de la especie humana.
De ese modo, funda su posición de ser social.
En Lacan, por lo tanto, el hombre llega a lo social a través de cierta imagen de sí mismo, una imago que es exterior a él, a la vez familiar y extraña {…}
Markos Zafiropoulos — Lacan y las Ciencias Sociales (pp.129-30)