A mediados de los 90, todavía en medio del auge del grunge y en plena vigencia de grupos como Oasis y Blur, un grupo de ingleses irrumpió con una propuesta musical que los distinguió inmediatamente: Tattva fue la gran carta de presentación de Kula Shaker, una banda que retomaba lo que quizás ya podría ser una alianza tradicional entre el rock británico y la influencia del misticismo hindú.
Luego de aquel chispazo del 96 y Peasants, pigs & Astronauts del 99 la banda no había vuelto a hacer noticia, pero finalmente han reaparacido con Strangefolk, un disco que no solamente sigue la línea de su anterior trabajo, sino lo expande y lleva a un nuevo nivel. Sin duda, la banda se inscribe en el marco sonoro característico del rock inglés, pero su exhibicionismo desvergonzado de influencias tan selectas como interesantes conforman un sonido característico. A través de las 13 pistas del disco, es posible reconocer el toque de inspiración de clásicos como Syd Barret, Jimi Hendrix, Brian Jones y George Harrison, junto a otros más contemporáneos como sus coterráneos Spacehog.
Tan rico como en influencias lo es también el tono de las distintas canciones que componen el disco, y que varían desde las jugetonas Super CB Operator y Great Dictator (Of The Free World), la intensamente mística Song of Love/Narayana, la psicodelia de Ol’ Tark Jack y Second Sight, la épica Hurricane Season o la bella Fool That I Am.
En resumen, un disco totalmente recomendable, una mezcla casi perfecta de rock clásico, psicodelia y mística hindú.