[Es imposible encontrar] en los siglos XVII y XVIII, algo así como el hombre, pues el hombre no existía (como tampoco la vida, el lenguaje y el trabajo) y las ciencias humanas no aparecieron hasta que, bajo el efecto de algún racionalismo presionante, de algún problema científico no resuelto, de algún interés práctico, se decidió hacer pasar al hombre (a querer o no y con un éxito mayor o menor) al lado de los objetos científicos […] Michel Foucault. Las palabras y las cosas: una arqueología de las Ciencias Humanas (México: Siglo Veintiuno, 1968), p.334