We Are Scientists es una banda más de la camada indie-garage-rock que en el último tiempo se ha popularizado. Formados el 2000, tras la edición de tres EPs han publicado su primer larga duración, With Love and Squalor a principios de este año —éste es el trabajo que me ocupa en este comentario.
El disco se compone de 12 canciones en las que la banda despliega un estilo muy característico: si bien es lo que podríamos llamar “típico indie-garage-rock”, los condimentos de tipo punkoide que se dejan colar entremedio aportan bastante a crear una identidad musical que los hace destacar; por otra parte, destacaría especialmente el trabajo de su baterista Michael Tapper, quien (al menos a mí modo de ver) es un importante factor en la definición de su sonido. Completan el cuadro Keith Murray con una guitarra que probablemente sea lo más “garage” del grupo y Chris Cain tras unas líneas de bajo punzantes y enérgicas.
We Are Scientists logra algo envidiable: a pesar de no ofrecer nada nuevo ni revolucionario consiguen un sonido fresco que ellos mismos definen como música rock de la variedad pensativa, a veces épica, a menudo fuerte, vagamente bailable e implícitamente humanista
. Sus ingeniosas (digamos, “smart ass”) letras también ayudan a esta tarea, como Twenty years of bad decisions / haven’t taught me much at all
de Textbook, I got a great idea / I’m gonna wait right here
de The Great Escape o I’m breaking my own rules / becoming someone else
de Can’t Loose.
Con semejanzas a un montón de grupos que ya han hecho lo mismo, pero antes que ellos, este disco es una apuesta segura para quienes han disfrutado de Block Party, Yeah Yeah Yeahs, The Killers o The Sounds, por nombrar algunas referencias.