Hace poco más de un año [escribía sobre el primer disco de The Killers->The Killers: Hot Fuss (2004)], y ya entonces tenía mis sospechas sobre el futuro de esta banda. Y no me malentiendan, no es que las cosas no estén marchando para The Killers: los dos primeros singles del disco (When You Were Young y Bones) han logrado buenas posiciones en las carteleras, incluso mejores que sus anteriores sencillos. Pero hay algo que no anda bien, y es que la credibilidad de estos chicos no anda muy bien: basta con leer la totalmente demoledora crítica que allmusic dedica a este nuevo trabajo.
Claro, por una parte están los críticos, y por la otra los fans, y rara vez ambos gustos coinciden; pero en este caso creo que Stephen Thomas Erlewine (el autor de la crítica) tiene algunos argumentos bastante interesantes y que no se limitan a la apreciación de un crítico sino a la impresión este disco puede dejar a cualquiera.
En resumen, hay que decir lo siguiente: se están tomando demasiado en serio, y al hacerlo, no se ven serios para nada. Thomas llega a decir que solamente prueban cuán monumentalmente tontos y superficiales son
, a lo que agrega: lo que, sin embargo, no es necesariamente lo mismo que malos
.
Y con esas frases se puede sintetizar gran parte de lo que es este disco, el que para Brandon Flowers iba a ser el mejor disco en los últimos veinte años
(vía Wikipedia en inglés).
Un trabajo adecuado, que tiene sus momentos pero que dista de alcanzar la genialidad de cualquier personaje o grupo influyente del rock. Al igual que el anterior, es un producto que se podría catalogar de desechable sin mucho cargo de conciencia, pero que es tan logrado como para no ser un placer culpable.
Sam’s Town, sin la pseudo-teatralidad y los anhelos de grandeza que lo inundan, quizás hubiese podido entrar en las listas de los “mejores discos de los veinte años”… como en el número ciento y tanto, eso sí. Con esos elementos… no lo creo.